2022 termina con el precio medio del mercado de electricidad más alto de los últimos 25 años, superando los 200 euros/MWh(1), debido fundamentalmente a nuestra dependencia del gas natural para casar la demanda en grandes períodos del año, cuyo coste, así como los derechos de emisión asociados, han determinado el precio del mercado eléctrico. Un año en el que, paradójicamente, se ha duplicado la generación de electricidad con carbón y gas junto con la visión y certeza preocupante de que posiblemente, de mantenerse el ritmo actual de emisión de gases de efecto invernadero, el incremento de temperatura medio de 1,5 grados de nuestro planeta se alcanzará en la próxima década, incumpliéndose así el Acuerdo de París.
2023 se presenta ante nosotros como un año clave en la transición energética, ya que los objetivos climáticos no entienden ni de tensiones en los mercados ni de cualquier otro factor coyuntural
Es preciso y urgente la reducción de gases
efectos invernadero. En España,
atendiendo a su contribución por sector(2),
la tecnología termosolar debe jugar un
papel determinante en la descarbonización de
la aportación calorífica en la industria y de la
generación de electricidad, que representan el
21,4% y el 10,3% de las emisiones de gases de
efecto invernadero, respectivamente.
En lo que respecta a la generación de electricidad,
2022 debe ser un año de reflexión para
la tecnología termosolar. Tras el gran interés
recogido por el sector termosolar que suscitó
la convocatoria de la subasta movilizando más
de 700 MW de nueva capacidad en el sector
termosolar, desafortunadamente, ésta quedó
desierta sin asignarse ningún megavatio solar
termoeléctrico. Sin ser menos cierto que, al no
disponer de visibilidad sobre la fecha a la que
optar al punto de conexión, junto con el riesgo
de ejecución del aval presentado en la subasta,
haya supuesto que al menos dos tercios de los
700 MW no se presentasen.
2023 presenta un reto de cara a las próximas
convocatorias de subasta en la que se debe
trabajar en un nuevo diseño que permita ajustar
los precios de reserva a los costes reales de
la tecnología y teniendo en consideración el
respaldo con producción renovable que ofrece
la termosolar y su sincronismo, especialmente
en el ámbito nocturno. Renovable, de cara
a seguir disminuyendo la emisión de gases de
efecto invernadero; síncrona, para mantener
los niveles actuales de seguridad de suministro
que fundamentalmente, hasta ahora, han
proporcionado las tecnologías térmicas (nuclear,
carbón y gas); y nocturna, al ser una franja
horaria en la que se hace más complicado
prescindir de tecnologías fósiles. Si se cumple
el PNIEC, con 5 GW de nuevo almacenamiento
térmico que represente más de 60 GWh, prácticamente
todo el gas natural de uso nocturno
se eliminaría del sistema con un ahorro superior
a 2.600 millones de euros al año.
Desde Protermosolar consideramos que los
factores clave a considerar en un diseño de subasta
termosolar son:
• Una orientación de la producción termosolar
en exclusiva para tramos nocturnos,
ya que el sistema eléctrico en el medio
plazo se enfrenta al reto de la descarbonización
nocturna, para evitar la producción
desde centrales de ciclos combinados en
las horas en las que no existe producción
fotovoltaica.
• La consideración de la inflación, debido a
las tensiones de los mercados de materias
primas y suministros, así como la creciente
subida de tipos de interés y un número de
años del esquema regulatorio que acompañe
a la vida útil de este tipo de centrales,
superiores a los 20 años. Revisando, por
tanto, el RD55/2017 y el RD960/2020 para
tener en cuenta ambas circunstancias.
• Un mayor aprovechamiento de la capacidad
existente en la red, mediante una mayor
hibridación con tecnología fotovoltaica


que permita maximizar la producción
tanto en ámbito diurno (con solar fotovoltaica)
como en ámbito nocturno (con solar
térmica), consiguiendo factores de capacidad
con una producción anual superior a
4.000 horas equivalentes.
Hasta ahora, para comparar las energías renovables
entre sí, se ha venido buscando cuál era
la más barata, pero no sólo podemos analizar
las nuevas tecnologías renovables por su coste
en euros por unidad de energía generada, sino
en sus externalidades positivas asociadas: técnicas,
económicas y medioambientales. Así podríamos
destacar de la tecnología termosolar:
• Proporciona independencia y autonomía
tecnológica por su contribución económica
en la España menos habitada, ya que las
plantas termosolares se hayan presentes, en
términos medios, en municipios con menos
de 12.800 habitantes, con un aporte al producto
interior bruto nacional de 1.580 millones
de euros y una contribución al empleo
con 6.000 puestos de trabajo anuales(3).
• Gracias a su almacenamiento térmico es
la única renovable no emisora de CO2 que
realmente puede reducir la dependencia
del gas natural para la generación eléctrica
nocturna, superando en competitividad
técnica y económica a la energía fotovoltaica
con baterías en casos comparables.
En la actualidad, la sociedad ha aprendido
el concepto de respaldo, es decir, disponer
de una fuente fiable preparada cuando el
sistema lo necesite. Bien podrán ser sistemas
de almacenamiento aislados, como
baterías, bien inherentes a la propia tecnología
como hidráulica, usando vectores
energéticos donde destaca el hidrógeno o,
en nuestro caso, mediante la instalación
de un sistema de almacenamiento larga
duración y muy bajo coste.
3 Estudio de PWC elaborado para Protermosolar. 2021.
• Por su condición síncrona proporciona estabilidad
y seguridad de suministro alternativo
equiparable a cualquier tecnología
térmica fósil.
• Presenta una relación positiva entre capacidad
instalada y contribución a la demanda
nocturna. La tecnología termosolar con
almacenamiento representa únicamente
un 0,75% de la potencia total instalada
en nuestro sistema eléctrico. Sin embargo
contribuye prácticamente en un 2,5% a satisfacer
la demanda nocturna en los meses
de verano y supone un 1% en promedio
anual. Lo cual debe animarnos a instalar
más almacenamiento térmico en centrales
termosolares en 2023 sin mayor demora.
• Reduce las emisiones de gases de efecto
invernadero, ya que su producción se realiza
usando como fuente la radiación solar.
El futuro renovable en España no se va a entender
sin el uso de tecnología solar de concentración
por un simple hecho: es la energía
renovable gestionable con mayor potencial
de crecimiento. Si bien la termosolar hoy en
día representa una cuota anecdótica en la
potencia del sistema, inferior al 2%, diversos
estudios realizados con CIEMAT concluyen que
añadir más termosolar a un mix energético renovable
no sólo no encarece el sistema, sino
que lo abarata, permitiendo una mayor tasa de
penetración de fotovoltaica y eólica.
Y en esta línea, en 2023, debe revisarse el
Plan Nacional Integrado de Energía y Clima
(PNIEC), considerando el rol determinante
que la tecnología termosolar está llamada a
ser en el ámbito de la transición energética
de las energías renovables con respaldo en el
sistema eléctrico.
Por último, desde Protermosolar queremos
destacar el impulso que la tecnología
solar térmica ha supuesto en el año 2022
para el sector industrial, en el que el 74% de
su energía demandada es en forma de calor.
De hecho, y según la Agencia Internacional
de la Energía la descarbonización del sector
industrial presenta uno de los mayores retos
entre todos los sectores, ya que el 90% de
ese calor necesario se genera a través de la
quema de combustibles fósiles, mediante
carbón (45%), gas natural (30%) y derivados
del petróleo (15%).
Debido a los elevados precios de los combustibles
fósiles, en 2022 se han lanzado más
de 20 proyectos termosolares de calor de
proceso en España, en los que el calor producido
con la quema de combustibles fósiles es
sustituido por calor generado con la tecnología
solar térmica. Proyectos que destacan
por su gran rentabilidad actual al presentar,
en muchos casos, paybacks de 2-3 años.
En España cabe destacar la iniciativa que
lanzará la fábrica de cerveza de Heineken en
Sevilla, junto con Engie y Azteq, y la fábrica
de Quart de Poblet junto con la empresa CSIN,
en la Comunidad Valenciana, que permitirá
la descarbonización de hasta el 60% de la demanda
de gas de ambas fábricas.
2023 se presenta ante nosotros como un año
clave en la transición energética, ya que los
objetivos climáticos no entienden ni de tensiones
en los mercados ni de cualquier otro factor
coyuntural. Debemos descarbonizar todos
los sectores que más contribuyen a la emisión
de gases de efecto invernadero. La tecnología
termosolar se presenta como una tecnología
clave en contribuir a la descarbonización del
32% de dichas emisiones en sectores como la
generación eléctrica y la industria.
El reto se encuentra en hacerlo de manera la
sostenible, con altos niveles de autonomía e independencia
energética a la par que manteniendo
la estabilidad y seguridad del suministro.
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(1) A 31 de octubre según datos de OMIE.
(2) Informe de Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones, 2022. NIPO: 665-22-007-8
(3) Estudio de PWC elaborado para Protermosolar. 2021.
Fuente: Descarbonizar con seguridad de suministro. Energética XXI, 222 Diciembre 2022, pág. 98 – pág. 99. https://energetica21.com/revistas-digitales/diciembre-2022